V La justicia legal es una mierda. No tenía que decirlo Lex para que fuera real. Aunque encontraremos al mejor abogado de todo Nueva York, éste sería incapaz de frenar al monstruo que mi padre tenía como ayudante: la corrupción monetaria. Nos había metido en un lío de un día al otro, destruyendo nuestros planes y el preciado examen que Writer quería presentar. Si hubiera movido el pene de la misma manera en la que movió la pluma para firmar cada documento minuciosamente, tal vez nos hubiera ahorrado la pena de vivir. —Si nos manejamos mediante impulsos y empezamos a armar un teatro en su contra, tal vez los abogados y los fiscales nos tengan un poco de lástima y ganemos—dije, sabiendo que eso distaba mucho de mi personalidad. —Eso no va a ayudar una mierda a mamá. No quiero que la alejes de nuevo. —Es muy fácil, debemos leer el expediente y así saber qué es lo que tenemos que defender. <<—Claro, Writer. Eso es lo que tenemos que hacer. ¿Por qué no se me había ocurr