EL FIN. PRIMERA PUBLICACIÓN
EL FIN
—¿Estás segura de lo que estás viendo?
—Tan segura como mi nombre. Y estoy segura de ser Delphine Strauss, la hija de Elizabeth Strauss, la mezcla entre…
—Un inmortal y un anti vida. ¡Qué lástima que tu madre no pudo tener buenas elecciones, Delphine. Incluso con tu nombre se equivocó.
—Puede maldecir lo que quiera pero la guerra que usted terminó fue una ilusión. La sangre derramada también lo fue. El verdadero fin se acerca.
—¿Cuándo ocurrirá?
—¿Dónde dejó a Topace Indie? No me diga que está de vuelta en Malibu.
—Todos regresaron a donde pertenecían.
—Pero usted sigue viajando por el mundo.
—No encuentro otra razón para no estarlo. Cuando eres inmortal, el mundo se hace cada vez más pequeño.
—Sin embargo, se esconde.
—Si la muerte llega para mí tengo que aceptarla.
—No, no es eso, Mr. Andrew, usted sabe que su rol jamás será de un héroe. Su deseo se cumplió, sacrificó a todos los que alguna vez amó y, a pesar de eso, sigue juzgando y terminará sus días juzgando.
—¿Cuándo va a ser el fin?
—Permítame llevarlo al primer lugar del juicio.
BASE “MERCURIO”. TRES DÍAS DESPUÉS DEL FIN.
—Nunca había vivido en una casa tan desagradable. ¿Es en serio esto lo único que pudo pagar mi padre?
En el extremo de la sala se encuentra la señora Yen, nombre clasificado, la gente se refiere a ella como “La señora primera” y después de ello hacen una reverencia. Es un honor que siga viva, después de treinta años desconfiando, se llevó la vida a la bolsa matando a sus enemigos. Ahora no podía matar ni a un mosquito. Las bases están hechas para aislar hasta al más pequeño microorganismo, el aire es purificado cada microsegundo para evitar que alguna toxina penetre por las paredes.
—¿Es que ni siquiera pudieron darnos una televisión?
Si su padre la viera ahora, se sentiría orgulloso, una mansión (o mejor dicho, base) en la que ella tiene el control total; los últimos especímenes en existencia y la dicha de vivir después del fin. Pero Yen no se sentía de la misma manera en la que su padre lo haría, no después de lo que vió.
—¿Por qué no vas afuera a buscar una televisión, White?
Mary Anne White pasa todos los días, todo el día en la sala, el fin la sorprendió en medio de un masaje y, por supuesto, lo poco que llevaba de empezar no hizo que liberara la tensión y el estrés; tenía que hacer notar su incomodidad. A l final del día, una mansión de tres pisos y un kilometro cuadrado de superficie no la harían sentir afortunada, y menos la idea de ser una de las últimas mujeres vivas.
En medio de la sala hay una hermosa escultura; la escultura es de un hombre con una balanza: “el juicio”.
BASE “MERCURIO”. CUATRO DÍAS DESPUÉS DEL FIN.
¡Qué curioso! La base está completamente vacía. Aunque en el cuarto de servicio hay, tal vez, veinte cadáveres.
BASE “PLUTÓN”. EL DÍA DEL FIN.
—Muy bien, ya pueden…
Vagas voces, suspiros y susurros podían escuchar Sylvester y Harry, ambos son sus nombres clave. Nadie tiene nombre, no recuerdan si quiera eso, el baño químico fue tan fuerte que apostaría mi vida a que ni siquiera recuerdan si tienen un pene o una vagina. Afortunadamente, necesitamos de ese pene y esa vagina para que puedan existir, si no lo tienes, mueres. Así de fácil.
Las bienvenidas siempre son difíciles, tienes que aguantar todo tipo d preguntas.
—¿Sí?
—¿Qué estamos haciendo aquí?
—Bienvenidos a Plutón. Sé que tienen miles de preguntas en su cabeza, lo importante es que se acabó el mundo. Si salen, mueren. Si se quedan, mueren. Esto es… un filtro, una prueba que deben superar. Solo dos de ustedes veintidós podrán salir.
—¿A qué se refiere con el fin?
—Cuando la balanza de la estatua baje, sabremos que llegó el juicio. No se preocupen, Plutón es el último.
BASE “TIERRA”. UN DÍA ANTES.
Contamos con nueve bases en esta ubicación, cada una de las bases está comandada por una jefa mayor y dos jefes o jefas menores. Todo está comandado bajo las reglas de Dios y los movimientos de los planetas serán los responsables de indicar quien será el siguiente.
—¿Quedó claro?
—Entiendo que no hay nombres claves esta vez?
—Todos los nombres tendrán que ser americanos, con excepción de las jefas mayores. Todo niño, anciano, enfermo o mujer y hombre sin fertilidad deberá ser eliminado a la brevedad. ¿Entendieron? Ahora abandonen esta base, llegó la hora de morir.
Sin excepciones.
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