INSANITY - CAPÍTULOS VII, VIII
INSANITY BY SELECT ISHTAR
VII
Nosotros sabíamos el estado en el que estaba mi madre y el estado en el que mi padre nos quería quitar todo, era natural que quisiera repetirnos una y otra vez lo que quiere mi padre.
—Mira, necesitamos que nos saques de esto, Stephen. A nadie le va a importar una m… carajo qué es lo que le pasa a una señora que está casi perdiendo el control de sus extremidades. Seamos sinceros.
Qué dolor admitirlo, mientras nuestra madre muere en secreto, nosotros simplemente debemos luchar contra un monstruo. Nunca usamos el dinero para viajar, comer caviar o comprar Balenciaga; su tratamiento es caro, pero él no debe saberlo. Madre nos dijo alguna vez que admitir las debilidades frente al enemigo nos podría costar y por supuesto que él no sabe sobre la existencia de estos dos… ¿cómo llamarlo?
—Genios.
—Sólo tú, pedazo de mierda.
—¿Perdón?
—Lo lamento señor Stephen, creo que a veces me meto en mi cabeza un poco demasiado, ¿sabe?
—Creo que casi todos lo hacemos alguna vez, Moses. Cuéntame sobre tu padre.
<<—Empieza por la vez cuando tu madre tuvo que huir de él porque se dio cuenta que la estaba engañando con su secretaria.
<<—No, esa es muy aburrida.
<<—Yo tengo la perfecta.>>
—La mejor manera de conocer a mi padre es viendo los libros que dejó en casa.
—Me está intrigando, Moses.
—Verá, cuando mi padre se fue, se llevó todo: abrigos, zapatos, lentes, cámaras, televisiones y hasta su colección de coches. Lo único que dejó fue…
<<—El libro que le regalaste, Moses.
<<—Lex sabe lo que hace, Writer.>>
—¿Sabe, Stephen? Esperé años para que mi padre llegara a la última hoja de este libro. Esperé años para ver cómo lo leía y se encariñaba con los personajes tanto como yo lo hice. Nunca lo abrió, ni siquiera para darme el gusto.
—¿Puedo verlo?
—Puede, Stephen. El plástico sigue intacto, es casi como si pudiera ver su rostro al recibirlo.
—Lamento mucho escucharlo, Mo…
—Lo quiero ver hundido, Stephen. Estamos dispuestos a todo para verlo hundido.
—Dijo… ¿estamos?
—Mierda.
<<—Mierda.
<<—Mierda.>>
VIII
—¿No siempre dices que eres una zorra drogadicta? Pues creo que es momento de demostrarlo.
—Bueno, si lo digo o no, no es de tu interés Moses.
—Chicos, acabo de idear un plan.
—¿Un plan para llevártela a la cama?
—Writer es una mierda para aventuras de una noche.
—Déjame estar en el cuerpo y te lo demuestro.
—No podemos joder esto, Writer.
—Lo sé.
Si hubiera sido Lex, seguro no lo deja entrar; sinceramente me estaba hartando de tantas luces neón. El plan era simple, tomar a la chica y esperar lo mejor, así planeaba Lex todo pero esta vez necesitábamos algo más grande. No podíamos permitir que pasara lo de la última vez.
<<—Pasó por querer ser una zorra drogadicta.
<<—Pasó porque no podías meterte.
<<—Si no pude meterme era porque no iba a cargar con tu irresponsabilidades.
<<—Pues eres una mierda.>>
Bloqueo. Lex se fue de nuevo y acda vez lo hace más seguido. Tengo miedo de perderlo aunque sé que nunca lo haré. O tal vez…
—¿Sabes, Moses? Las luces son muy brillantes.
<<—No me digas que te vas a arrepentir ahora.>>
—Tengo miedo de que me guste esto.
<<—No pierdas el control. ¿Ya la viste?>>
—No.
<<—Búscala bien>>
—No entiendo por qué ella.
<<—No voy a volver a repasar el plan.
<<—No necesitas hacerlo.>>
—Con una mierda, no pueden hacer nada solos.
Sin duda, el poder de Alexander Grant estaba creciendo, los dos podíamos sentir y temer su presencia mientras desaparecía y se apoderaba de nuestro cuerpo. Había algo más que nos preocupaba aún más: su habilidad de bloquearnos, los momentos de limbo entre Writer y yo solo servían para incrementar la paranoia de estar encerrados en una caja oscura llena de ideas. La única pregunta es: ¿lo llevará a cabo?
—Muy bien, ya tenemos lo que queremos.
—¿Qué hiciste con la chica?
—La hice mierda.
—¿Qué hiciste con la chica?—dije intentando no perder el control.
—¿Qué mierda te importa?
—Es en serio, Grant,—comentó repentinamente Writer—desaparecimos a las 22:14 horas y son las 3:15. ¿Cómo lo haces?
—Es una señal.
—¿Señal?
—Este cuerpo es mío, puede ser una mierda pero desde hoy, ustedes van a ser los que me van a ayudar a mí.
—¡Cuando apareciste quedamos en…!
—¡Quedamos en nada!—gritó Alexander, algún vagabundo se tambaleó sin sorpresa— Ustedes me deben la vida. Y ahora les pregunto: ¿Quieren hundirlo o no?
—Siempre lo hemos querido hacer, pero…
—Una vida es poco con lo estrangulado que se va a sentir.
—¿Por lo menos pudiste hacer el vídeo?
—No soy cineasta pero les aseguro que este vídeo nos va a hacer ganar algo.
Desde hace años me prometí no gozar con el sufrimiento que no fuera de otro que no fuera mi padre, es difícil explicar lo que se siente cuando una de tus partes se siente satisfecha; sentía placer, pero dentro del placer estaba el miedo. Lex había hecho lo que tuviera que hacer con aquella mujer, el resto nos tocaba a nosotros dos.
—Voy a hacer la llamada en tres…
—No, Lex.
—Dos…
—Más te vale que no me obligues a mí.
—Uno…
—¡No estoy listo!
—¿Hola? ¿Papá?
Comentarios
Publicar un comentario