Marea Baja - Pensamientos

 Marea baja


"Para, es tiempo de contemplar".

Existe un momento en el espacio y en el tiempo donde te conoces, donde te reconoces y donde aceptas y amas lo que tienes, con lo que cuentas y lo que te hace falta. La ausencia no es mala, es liberadora, ya que te propone metas y propósitos para convertirte en un ser humano increíble.

Liberándonos de moralidades, ¿no extrañas la marea baja? Yo, sí. Me gusta creer que la necesito, me creo necesidades porque es necesario crearlas. Contemplar la marea baja es saber qué es una marea alta; conocerte es saber qué no eres y qué quieres ser.

Viví marea alta durante mucho tiempo, me mareó, me revolcó y, lo único que sentí al caer a tierra, fue una enorme sonrisa en mi rostro. Por primera vez no sentí miedo a ahogarme o a morir, porque, aunque contara con salvavidas, sabía que mi cuerpo es capaz de aguantar la marea alta.

Le pedí a la luna que apareciera y volviera a subir, le pedí al mar que la ilusión del nuevo mundo no acabara; y, aunque parece increíble, no acabó; me di cuenta que mi mundo imaginario, el mundo dentro de las corrientes submarinas es mi realidad y, que el día de hoy, soy más humano, más amante, más artista que el día que deseaba estar en otro lugar.

La marea baja me ayudó a contemplar y a agradecer, me ayudó a crecer y evolucionar. Mis mejores historias iniciaron en el agua, en la lluvia, en las tormentas o tomando un simple vaso con agua. Soy libre como el aire, pero contenido y profundo como el agua; soy complejo en mi mejor manera y soy único en la tempestad y en la calma.

Y, aunque agradezco poder tener momentos de marea baja, mi cuerpo está listo para otro revolcón; así que le pido a la Luna que se eleve y me envuelva de nuevo entre las corrientes más turbulentas que han existido desde la creación.

I'm ready.

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