PRIVATE GIRL - TOXICITRY (DIRECTOR'S CUT)

 CAPÍTULO V: TOXICITRY (DIRECTOR’S CUT)

En una calle desolada, camina una mujer rubia vistiendo una gabardina café que le llega hasta los tobillos, ajustada con un cinturón a la altura de la cintura. De lejos parecía que flotaba debido a los stilettos de aguja marca Louboutin que vestía. El famoso modelo de suela roja y color vino era el único objeto que parecía en movimiento. El cabello de largo hasta la cintura tenía un peinado voluminoso, crepé a los costados y hacia arriba formaban un copete y decoraciones en rulos que la hacían lucir como una súper modelo de los sesenta.

La chica parecía esconder algo en el abrigo y, no fue hasta que encontró a dos sujetos fumando en la calle que decidió llevarse una mano en la cintura y la otra hacia su frente para cubrir la luz del faro urbano que le iluminaba.

—¿Está perdida, señorita? —preguntó uno de los hombres mientras se llevaba el cigarro a la comisura de los labios para incrementar su “encanto masculino”.

A pesar del llamado del hombre, la mujer ni siquiera volteó a verlo y continuó su camino hacia enfrente. Fue ahí cuando el otro hombre la intentó interceptar tomándola del brazo que se encontraba en la cintura.

—¿Tus padres no te enseñaron modales? —reclamó el hombre quien intentó llevar el brazo de la mujer hacia arriba. La mujer tapaba su rostro con la otra mano mientras se mantenía erguida y resistiendo la acción del hombre fumador con el brazo. La fuerza de la mujer sobrepasaba los intentos de dominio del hombre y esto solo hacía crecer el coraje y la presión que aplicaba sobre la mujer. Fue en ese momento que el amigo se acercó a la mujer de manera rápida; sin embargo, una fuerza lo llevó hacia atrás, tirándolo de un jalón hacia el suelo.

—¿Qué te tomó tanto tiempo? —preguntó la mujer, quien llevó el brazo de su frente hacia abajo revelando su identidad. 

—¿Genie? —preguntó el hombre sometido, preguntándose por dentro si debía voltear hacia en frente o preocuparse por la otra persona detrás quien había llevado a su amigo hacia el suelo. Un ritmo entraba en escena, dieciséis tiempos de ritmo pop con influencias de EDM. La mujer, ahora revelada como “Genie”, levantó su brazo junto al hombre, provocando que este volara hacia el cielo. En segundos, la mujer había transformado el plano abierto en un close up donde sus ojos azules miraban de lleno a la cámara.

Showtime —. Mientras la mujer caminaba, la cámara realizó un paneo para revelar la identidad del invitado. Se trataba del actor mejor pagado de Hollywood, ganador de varios cientos de millones de dólares. Genie caminó a su lado, le colocó la mano detrás de su cintura y lo besó apasionadamente mientras la cámara se congelaba en sus siluetas entrelazadas donde el cabello de Genie volaba con el viento mientras se inclinaba levemente hacia atrás. La pareja volteó a ver directo a la cámara, rompiendo la cuarta pared y, con el ritmo de la música, se congeló su imagen mientras aparecía la frase “Toxicitry: A Dame To Kill For”.


You wanna touch me, but I’m made of ice

Your hands look thirsty, I’m  your waterslide

If you can reach me, I will make you strike

Don't say you love me, ‘cause I’ll be in guard


La música comenzó mientras la mujer daba vueltas alrededor del hombre, su rodilla golpeó su espalda, haciéndolo quedar paralizado en el suelo. Fue ahí donde bajó a su nivel mientras se quitaba el abrigo con las dos manos. El atuendo que llevaba debajo era un enterizo creado con alambre de espinas color rosa, con piedras incrustadas en cada centímetro. La piel que llevaba debajo mostraba un cuerpo perfectamente trabajado . La enredadera de espinas cubría perfectamente su pecho y partes íntimas, creando un escote pronunciado en la espalda y abdomen. 


With my touch I will make your head crush (ooh)

Je suis toxique, You’ve never met a girl like me


Del fondo de la calle aparecen catorce cuerpos fornidos, siete hombre y siete mujeres vestidos con shorts y crop tops de cuero negro, la mujer se levanta del suelo y apunta sus brazos hacia el cielo. La cámara gira trescientos sesenta grados siguiendo cada movimiento de baile de Genie. Mano arriba, la otra en la cintura, golpe de cadera a la izquierda, después a la derecha para bajar a nivel de cuclillas, meneo de cabello mientras lleva la mano hacia la derecha y, después, pose de dos brazos hacia enfrente haciendo un signo que parece una “G” con sus manos.

I know you are toxic

Call me Toxicitry

Fall on your knees, and

Tell me you love me, please


Cambiamos de lugar, ahora es Genie en un podio de metal corroído. Su vestuario ahora era un vestido de encaje blanco multi-capa con miles de metros de tela fruncida. La silueta tenía un corte en la pierna, la cual revelaba un tacón con decorado de alambre negro que subía hasta su entrepierna. La cantante llevaba un velo hacia atrás con un peinado rojo recogido que hacía parecer que el velo sangraba a través de sus transparencias.

El baile de la cantante era frenético, toneladas de agua helada corrían por detrás de ella lo cual tensó sus músculos de tal manera que, en cámara, se veían de porcelana. Su rostro emanaba seguridad a través de sus ojos y coraje en el doblaje de su boca.


T-O-X-I-C-I-TRY (A-ha)

Say my name out loud, follow my lead


En el clímax de su canción, regresamos al fragmento de ciudad dónde la mujer sometía al actor. Ahora, los catorce bailarines y la cantante bailaban al unísono. La coreografía era descrita por el director como un ejército que venía desde la parte más sensual del infierno. La energía enigmática y versátil de Genie acompañaban cada letra con decisión y pasión desenfrenada en movimientos precisos. Ella era la reina y si un hombre la hacía esperar, no merecía su tiempo.

El hombre intentó levantarse.


Add that spice that I like about you

Toxic heart and a venomous rose

Your touch is addicting to have

My sight is now focused on you


El hombre intentó levantarse y correr hacia la mujer, pero, al minuto que puso un pie en el piso, Genie ya había llegado hasta él. Lo tomó del brazo y lo llevó a otro lugar como si de truco de magia y teletransportación se tratara. Ahora se encontraban en…

—¡Corte! Cambio de vestuario.

—¿Es difícil ser una súper estrella? —preguntó el actor a Genie, quién se encontraba sudando por la intensa coreografía que tuvo que hacer cinco veces seguidas.

—Supongo que es más difícil conseguir una doble que lo haga tan bien como yo lo hago —respondió con una sonrisa breve.


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