EL FIN - CRISIS DE SALVACIÓN

BASE “MARTE". EL DÍA DEL FIN.

Así como el Dios de la guerra, “Marte” es la base más extraña del fin. Dentro de sus puertas albergan pocas personas, tal vez quince, entre ellos se encuentran personas con profesiones bastante distintas; ocho mujeres y siete hombres comandados por una jefa que aún no aparecía. Cuando los habitantes de la base despertaron del baño químico, se dieron cuenta que había una nota en uno de los balcones de la base. La letra era ilegible y tenía un olor a orine de gato. La persona que reconoció el olor fue Stevie, en nombre clave, una mujer de 30 años.

Stevie nació en una colonia demasiado pobre, donde el orine de gato y el olor a basura eran bastante recurrentes. Su madre trabajaba en la recolección de basura y Stevie se encargaba de recolectar los tesoros que la gente decidía que fuera basura. Un día, encontró un anillo enorme de diamantes incrustados con oro puro. Tal vez alguna señora había abandonado a su esposo y tiró el anillo. En realidad no importa, Stevie pudo comprar una pequeña casa con el dinero del anillo.

El día del fin, Stevie estaba pidiendo un préstamo, se encontraba en uno de los bancos más prestigiosos de su país para poder iniciar un pequeño negocio de reciclaje; la basura lo era todo para ella, se podían encontrar tesoros ocultos y enterrados en lo más hondo del plástico y aluminio, tal vez si busca lo suficientemente bien podría encontrar algún tesoro que valga más que el anillo y poder salvar a su madre, ahora muerta, de la enfermedad que enfrenta.

Lo primero que escuchó fue el tronar de las pantallas en el banco, todas las personas se cubrieron la nuca y tiraron al piso mientras la seguridad de acercaba. De la televisión salió un líquido viscoso amarillo que, en cuestión de segundos, inundó el banco. Un círculo alrededor de ella se pintó marcando una zona segura para ella, al voltear a ver a la gente a su agresor, notó que ese pequeño círculo seguro no se pintaba con los demás.

Y cayó inconsciente.

—Residentes de la base Martes soy la señora Libra, lamento la tardanza.

La señora Libra es la típica señora de 46 años y 90 kilos, no tenía algún aspecto que la hiciera destacar del resto, no inspiraba algo, su presencia valía cero en la base, era simplemente un gasto de aire y energía; los pocos habitantes en “Marte" no le temen a Libra. El terror de la base son las instalaciones, la simple estructura parece un pensamiento de último momento, no existe ningún tipo de orden dentro, ningún mueble y ninguna habitación, es un simple cubo enorme parecido a las cabinas del ejército.

—Lamento el desorden, no me dio tiempo de limpiar. Les voy a explicar rápido las reglas. Bueno, esto es el fin del mundo y ustedes fueron seleccionados como afortunados para sobrevivir pero…

El desorden de la base impidió por un momento que los habitantes vieron la estatua con forma de balanza encima de una mesa, perfectamente limpia, detrás de la señora Libra; la escultura estaba conformada por una mujer reclamando clemencia mientras toma la balanza movible. Al momento, Cody lo sintió como un presentimiento; en la base “Marte" seguro pasará algo que los tenga gritando y pidiendo justicia.

—Aún así no se preocupen, alguien va a venir a juzgarlos cuando la balanza baje. Somos los terceros, según creo yo y pues las reglas son que hay literas en el extremo de la base donde podrán dormir y pues no ensucien mucho, por favor. Yo soy la encargada de limpiar todo. Las otras bases tienen una jefa y dos asistentes pero ellas murieron en el camino, igual que ocho de ustedes. Yo diría que son el doble de afortunados.

—¿Cómo murieron?—preguntó Stevie.

—Pues no me dieron detalles, al parecer fueron los últimos trasladados a la base y, pues, la situación allá afuera es mala. Muy mala.

Los últimos recuerdos de los sobrevivientes botaron de repente, sus mentes estaban completamente sumergidas en si bestias tecnológicas, maldiciones en los celulares y viscosidades amarillas estarían comiéndose el mundo, así como se comieron a sus amigos y familiares. La pregunta de qué pasará afuera estaba más presente que el qué pasará con ellos.

AFUERA. DOS DIAS DESPUES DEL FIN.

—¿Y tú crees que haya un lugar seguro en todo esto?

Andrew, Delphine y Hirano caminan en el mundo, buscando sobrevivientes, la misión es eliminar cualquier persona que haya burlado la tecnología. Andrew ya había recibido la información de lo ocurrido en dos bases, después podría hacerse cargo de ellas, ahora debía encontrar a una persona en especial. Hay de toda clase de personas en las bases, pero ninguna es tan peligrosa como un muerto viviente inmortal. Parecería imposible que existiera pero pasó. Algún sobreviviente de la guerra Anti-vida deambula por el mundo con media consciencia lista para atacar a cualquiera.

El nombre del sobreviviente es Kyle, participó en la guerra Anti-vida cono ayudante de Andrew, había decidido que el banco al que apoyaría sería a los inmortales brindándoles cualquier ventaja táctica que fuera posible, había creado un plan infalible para poder asesinar a cada uno de los Anti-vida restantes. Su plan fue ejecutado a un ochenta y cinco por ciento de efectividad, el otro quince por ciento había provocado las muertes de la mayoría de los inmortales y el asesinato deliberado de Elizabeth Strauss; la razón por la que quiso apoyar el plan de matanza fue por ella, la mujer con más de 200 años de edad que tanto había estudiado en los libros.

Al notar la muerte de Elizabeth de retiró, haciendo que su plan fallara aún más y con cada porcentaje de calle, había más Inmortales muertos. Andrew no le guardaba rencor, incluso había guardado un lugar para él en base “Marte", pero la mala organización de la jefa Libra provocó la muerte de ocho habitantes y dos asistentes. La verdadera causa en esa desorganización fue el rechazo de Kyle a ser jefe, iba a ser el único hombre Inmortal que sería jefe; rechazó por medio al fracaso que pudiera presentarse.

Las probabilidades de éxito en base “Marte" iban a ser de 99 en 100, el uno por ciento hizo que rechazara la oferta cinco segundos antes de llegar al baño químico, así que Andrew tuvo que colocar a una asistente como jefa y un sobreviviente como asistente, sus planes de tenían que acomodar para que el asistente fuese Kyle pero, tres segundos antes de entrar al baño químico, Kyle, el único con consciencia, abriera la puerta donde miles de muertos, consumidos por el virus viscoso y criaturas tecnológicas, se lanzarán a los sobrevivientes. La lenta reacción de Libra y la rápida de sus asistentes hizo que la cantidad de muertos aumentara.

Cuando, al fin, Libra pudo entrar a la base con sus sobrevivientes, aún tenía mucho desastre por limpiar.

Ahora Andrew buscaba a un muerto entre millones, hacia tres horas que caminaban y no encontraban a un sobreviviente o a su muerto. Al parecer Kyle había recibido el tratamiento de inmunidad al virus a la mitad, seguramente se había arrepentido por algún índice de fracaso en el tratamiento. Si Kyle encuentra a algún sobreviviente antes de ellos, podría pasar un nuevo tipo de virus que fuera decreciendo la enfermedad a cada receptor y pronto desarrollar una inmunidad. El mundo debía terminar y si existía una mínima probabilidad de esperanza , debía ser eliminada por Andrew. Ese era su destino, la justicia de la humanidad era morir y renacer siendo lo mejor.

Habían pasado toda la noche buscando, no había rastros de Kyle, algún contagiado por él o alguna anomalía.

—Es raro que hayamos recorrido tres kilómetros a la redonda de la base “Marte" y no haya algún rastro de Kyle.

—Ciertamente lo es. Si Kyle no aparece en los próximos días, tendremos que tomar medidas aún más desesperadas.

—Andrew, ya es hora.

—El tiempo pasa volando cuando es el fin del mundo. ¿No creen?